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Mujeres lunares

  • Rama
  • 11 abr 2018
  • 4 Min. de lectura

A pesar de que todas las mujeres empezamos a menstruar a medida de que vamos dejando atrás la infancia, pocas conocemos lo que significa realmente este proceso. Poca información recibimos de nuestros padres, que generalmente nos felicitan porque tendremos la posibilidad de transformarnos en madres, dejando muchas preguntas cuyas respuestas, tal como a nosotras, les han sido negadas.

Hay conceptos realmente importantes al tratar este tema qué todas deberíamos tener al alcance cuando enfrentamos este proceso: autocuidado, menstruación cíclica, relación sana con nuestro cuerpo, relaciones sexuales saludables, métodos de prevención del embarazo. Sin embargo, me enfocaré sólo en el carácter cíclico de nuestras menstruaciones.

Hemos oído que un ciclo lunar tiene una duración de 28 días y cuatro grandes fases: luna nueva, luna creciente, luna llena, luna menguante. Este ciclo con 4 fases se corresponde con lo que sucede en las estaciones del año: invierno, primavera, verano, otoño.

Los seres que habitan la naturaleza, ya sea animales, plantas y árboles, los mares, insectos, se ven afectados por sus ciclos y nadie puede escapar de su sabio comando. Tampoco nosotros, y es aún más notorio en las mujeres, porque la menstruación nos lo recuerda. Sin embargo, cabe destacar que un ciclo menstrual en concordancia con la luna será completamente alterado e invisibilizado ante el uso de métodos hormonales de anticoncepción, los cuales, además, generan muchísimos efectos adversos en nuestros cuerpos.

Las grandes civilizaciones de antaño conocían la importancia de los ciclos lunares, solares, etc., y crearon sus calendarios en base a ellos. Contaban meses de 28 días cada uno, al igual que la duración de un ciclo lunar y un ciclo menstrual. Muchas mujeres están rescatando la conexión que existe entre ambos, que nuestras ancestras conocían y ha quedado registrado en múltiples escritos. Además, ambos poseen 4 fases donde encontramos fenómenos similares y, como ya dijimos, se relacionan también con las estaciones del año. Por lo tanto, aquí vamos a trazar la correspondencia entre ellos para comprender mejor sus fases en nosotras mismas.

  1. Luna nueva: Aquí es donde, por lo general, menstruamos. Es donde nuestra energía está más baja, ya que el útero concentra su energía en purificar el cuerpo tanto del óvulo que expira como de nuestras emociones guardadas. Podríamos realizar un paralelo de esta fase con el invierno, ya que es un proceso introspectivo, de preparación de la tierra para lo que está por venir en los futuras fases. Nos sentimos muy sensibles, muy emocionales, ya que estamos atendiendo todas las emociones y sensaciones que guardamos durante el mes. Es por esto que se aconseja que durante este periodo hagamos una pausa para que nos enfoquemos en nosotras mismas, en lo que sentimos, porque no solo es producto de las hormonas, sino que constituye lo que debemos dejar ir, mirar con detención o trabajar para poder tener nuestra tierra sana, creadora y fuerte. Date mucho cariño y no desacredites lo que sientes porque sea más visible durante la menstruación.

  2. Luna creciente: Luego de que nuestra tierra ha sido limpiada, estamos listas para recibir la primavera en nuestros cuerpos. La energía de nuestro útero deja de estar concentrada en sí misma y todo el cuerpo recibe sus beneficios. Nos empezamos a sentir poco a poco más seguras, más bellas. Muchas mujeres que desean que su cabello crezca más rápido aprovechan la energía de esta luna para cortarlo.

  3. Luna llena: Este es el momento culmine de nuestra energía. La luna llena en nuestro cuerpo se asemeja a la energía del verano. Nos sentimos más animadas, seguras y fuertes que nunca. En este momento respondemos bien en nuestros deberes y también hacia nosotras mismas. En este periodo puedes realizar actividad física más intensa, puedes elaborar planes con mayor claridad y tu deseo sexual está más alto. Ojo, ya que también estamos muy fértiles.

  4. Luna menguante: Poco a poco el calor del verano va decayendo y comienza el otoño dentro de nosotras mismas. Vamos perdiendo nuestras hojas, nos vamos sintiendo con menos energía. Poco a poco nos vamos sintiendo algo más introspectivas. La piel ya no luce tan lustrosa. El cuerpo se prepara para la cercana menstruación.

En resumen, es importante reestablecer la conexión de nuestro cuerpo con lo que sucede en la naturaleza. Si empezamos a prestar atención a lo que sucede tanto dentro como fuera de nosotras, podremos estudiar nuestras emociones y conocernos mejor. También podremos empatizar más con otras hermanas y saber cómo desenvolvernos según la fase del ciclo. También podemos mitigar o resaltar los efectos de la fase lunar del momento a través de distintas estrategias, como posturas de yoga específicas o actividades. Si aún no renuncias a los métodos anticonceptivos hormonales será imposible redescubrir nuestro ciclo, ya que lo ordena al igual que una máquina.

Cabe destacar que no todos los ciclos menstruales duran lo mismo y no siempre estos logran alinearse con las fases de la luna. Esto es más bien una tendencia general. Te recomendamos tener un calendario lunar y comenzar el estudio de tus distintas fases escribiendo lo que te ocurre.


 
 
 

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